No esperes nada de nadie… esperar siempre duele y sientes una decepción inmensa
en tu interior.
Acostúmbrate a hacer las cosas
por ti misma, sin necesidad de necesitar a nadie y no dar lugar a una sorpresa
desagradable.
No dejes que tus desilusiones
acaben contigo y con tu ilusión, por la vida, la amistad o el amor.
Tú eres la dueña de tu vida, tú
eres la dueña de tus sentimientos y la única que das permiso para que alguien
pueda o no pueda causarte sufrimiento…
Cuanto menos esperes de
alguien, menos daño podrá causarte.
Llega un momento en el que
damos tanto y recibimos tan poco, que terminamos vaciándonos y llenándonos de
nada…
terminamos, simplemente, muriendo por dentro.
Por eso, es preferible pensar
mal y sorprenderte que pensar bien y decepcionarte.
No des todo de ti, porque no
serás valorada como mereces.
Hay momentos que nos creemos y
nos ilusionamos, esperando alguna cierta recompensa o algún tipo de
"sorpresa" de parte de otra persona.
Esperar que las personas hagan
por ti lo mismo que tú por ellas, es de ser una total ingenua y te puedes
llevar constantes decepciones de personas que no imaginabas.
Aprende a no aferrarte a nada
ni a nadie, para que en su ausencia no lo eches en falta.
A veces pensamos demasiado en
los demás y poco en nosotros mismos.
Pensamos demasiado en dar, y
nos preocupamos en recibir lo mínimo para podernos llenar.
Convertir nuestras debilidades
en fortalezas es la clave para ganar cualquier batalla que la vida nos
presente.
Recuerda que naciste sola y
morirás sola.
Valórate… tú vales
mucho.